Una reflexión sobre las dificultades de las relaciones entre
familias y escuelas.
Relaciones
familia y escuela
1. Cambios en
la familia
1.1. Cambios en la familia (relacionados con los cambios en la sociedad)
a.
Mayor
individualismo
Nuestra
forma de vida y, sobre todo nuestro ocio, se está haciendo cada día más
individualista. Esto evidentemente se refleja en nuestra familia. En la mayoría
de los hogares cada hijo tiene una habitación propia que, a medida que se hace
mayor, se convierte en su apartamento particular, donde suele darse el caso que
no está permitido el paso a otro miembro si no es por autorización del
“propietario”.
Por otro lado, el ocio de fin de semana se va “desfamiliarizando”
progresivamente. Los niños a partir de los diez años ya salen solos con sus
amigos los fines de semana. Lejos de buscar alternativas de ocio familiar, los
padres se desentienden de la tarea dándoles una paga, sin enseñarles unos
criterios claros, para que administren su propio ocio.
El individualismo en el seno de la familia es una
consecuencia clara de un cambio social más amplio que se está dando en nuestros
días. Vivimos un momento en el que se pone mucho énfasis en la libertad y en el
desarrollo individual de la persona, dando prioridad a las opciones y
decisiones individuales frente a las normas sociales, tanto en el ámbito
profesional, en la política y en la vida familiar.
Tal vez para que este individualismo que tiene su
parte buena de autonomía del ser humano, de distinción de los demás, de
originalidad, se ha de potenciar en este sentido y aprovecharlo para
compartirlo con las personas que más tiempo pasamos realizando actividades que
nos gusten o simplemente haciendo nada, pero en compañía.. Para que por otro
lado este individualismo, no nos lleve, por su parte más negativa, a ser cada
vez más competitivos, más egocéntricos y más aislados de la familia, la
sociedad, y en definitiva de las cosas importantes de la vida.
A veces este individualismo nos lleva a abandonar
hábitos de buena educación como es el saludar, tener una conversación, mostrar
afecto y empatía o saber escuchar.
En los colegios también se nos ha educado así,
siguiendo el modelo de la revolución industrial, el cual requería individuos
que trabajasen en las fábricas en cadena. Según Miguel Ortega de la Fuente,
doctor en Filosofía y profesor de Antropología de la Universidad Francisco de
Vitoria, para saber el porqué del individualismo está presente estaría
relacionado con tres cuestiones fundamentales: “La primera está en una sociedad cada vez más egoísta y descentrada de
la realidad, donde cada uno está construyendo ‘su mundo’, ‘su verdad’, lo que a
él le interesa, y esto nos aleja de los otros. Esto nos hace perder la dinámica
del encuentro con el otro, y da la casualidad de que el encuentro es la base
del amor de los esposos que, a su vez, es el fundamento de la unidad familiar.
Por último, la propia sociedad se ha desvertebrado, nos hemos fabricado una
sociedad de bienestar y de ‘bien-tener’, y hemos olvidado la sociedad del bien
ser. Se ha dejado de hablar de gratuidad, de generosidad y de donación”.
Afortunadamente
parece que las últimas tendencias en educación basadas en el constructivismo,
pasan porque el alumno adquiera una serie de competencias que les ayudarán a
desenvolverse en el día a día de su entorno. También actualmente la tendencia
es a desarrollar tareas competenciales, potenciando el trabajo colaborativo.
Donde se prioriza el trabajo en equipo y se propicia el aprendizaje según las
habilidades o intereses personales. Esperemos que esto sea un adelanto hacia la
sociedad que nos espera en el futuro, donde el trabajo por el bien común y el
respeto a los demás sea el principio básico.
En ocasiones algunos padres transfieren a otras instituciones las tareas familiares, no porque la familia sea incapaz de cumplir con su deber, sino porque las actividades que realizan en la actualidad requieren del apoyo de otras instituciones que les proporcionen un medio eficaz de conseguir los mismos propósitos. Entre las más importantes se señala a la escuela.
b. Relaciones más democráticos, menos
autoritarias
El
modelo familiar europeo ha sido muy patriarcal, sexista y rígido, y ha
convertido a la familia, como agente y responsable de socialización, en la
principal responsable de la transmisión de estas creencias que han condicionado
tanto la vida intrafamiliar como los roles y la organización de la
instituciones sociales.
Este
modelo familiar tradicional europeo hoy en día persiste, con sus gozos y sus
sombras, pero además, la pluralidad cultural de la Europa del siglo XXI nos
pone en contacto con otros modelos culturales y que también conllevan sus gozos
y sus sombras, y sus mitos de armonía familiar. Aunque el respeto a la
diversidad cultural, nos sitúa en un terreno donde los límites de intervención
externa no siempre son claros, cuando las normas familiares son un atentado
contra las libertades individuales, no podemos permanecer en silencio.
Los
modelos de familia han ido evolucionando conforme al momento social que se
vive, aunque eso no quiere decir que todas las familias sigan la tendencia del
momento. El marco de la convivencia en familia es muy diverso y el paso del
tiempo genera cambios en los roles familiares.
Factores como logro o éxito en la vida, tener pareja, tener trabajo, tener
hijos, cuándo, y en qué condiciones, reparto de trabajo remunerado y doméstico,
son importantes en relación con la configuración de la familia. Nuestros
abuelos vivieron cómo el hombre trabajaba fuera de casa y la mujer se ocupaba
del hogar y la familia, ellos vivieron políticamente hablando una dictadura.
Nuestros padres vivieron un modelo más igualitario y democrático, dadas las
circunstancias políticas del momento, en el que ambos trabajaban fuera de casa
y ambos contribuían al trabajo doméstico y cuidado familiar, o al menos ese es
mi caso. Y en el presente a pesar de que las mujeres siguen teniendo trabas en
el mercado laboral son mujeres más preparadas que esperan puestos de más
relevancia y por tanto que ocupan más de su tiempo. Esto genera que su
maternidad sea más tardía y más escasa.
En
mi opinión la familia, en su sentido y función más genuina, sigue siendo un
espacio de solidaridad preocupado por la protección de los niños, un grupo con
un proyecto de vida compartido y con deseos de larga duración. Pero además la
familia ha incrementado sus exigencias –entre los esposos, con los hijos, con
los ancianos- pretendiendo garantizar no sólo la supervivencia, sino también la
autorrealización personal, respetando los derechos y la individualidad de todos
y exigiendo entre ellos, no sólo vínculos de sangre, sino vínculos de
protección, de afecto, de intimidad sinceros.
El
que se tome a la familia como la principal responsable de creencias que han
condicionado tanto la vida intrafamiliar como los roles y la organización de la
instituciones sociales, si no se establecen buenos nexos de comunicación entre
escuela-familia, puede desembocar en que se desautoricen las enseñanzas y a los
enseñantes, cuando lo que enseñan no tiene vinculación con lo que se aprende en
la familia.
REFERENCIAS:
Alberdi, I. (1999). La nueva familia
española. Madrid, Taurus.
Casabianca,
R. (2000). Nuevas organizaciones familiares: introducción. Sistemas familiares. 10, 79-81.
Gimeno, A. (2007). La familia en la sociedad de la información y de la diversidad. En M. R. Buxarrais y Zeledón: Las familias y la educación en valores democráticos. Retos y perspectivas actuales. Barcelona: Claret.
Gottman,
J. M. y Notarius, C. I. (2002). Marital Research in the 20 Century and a
Research Agenda for the 21st Century. Family Process, 41 (2): 159-197.
c. Ausencia de modelos o ejemplos: cada generación tiene un contexto, unos problemas y retos distintos de la anterior, por lo que aquello que funcionó con nosotros no tiene por qué funcionar con nuestros hijos.
La familia es la más compleja de todas las instituciones, aunque en nuestra sociedad muchas de sus actividades tradicionales hayan pasado parcialmente a otras, todavía quedan sociedades en las que la familia continua ejerciendo las funciones educativas, religiosas protectoras, recreativas y productivas.
Parece ser que la generación de
nuestros padres, nacidos entre 1950 y 1970 es la llamada generación sándwich. La
metáfora asemeja el papel de estas personas con la posición del jamón en un
bocadillo: ellos quedan en el medio presionados entre pan y pan, es decir “soportan la familia por los dos lados”, o
sea abuelos con pensiones muy bajas e hijos en situación de desempleo (llamada
generación X y la generación NiNi). En España además, donde los vínculos siguen
siendo muy cercanos y estrechos, todo recae en la familia. Tal vez de este
soporte familiar venga la calma ante tanta cifra de desempleo juvenil. Los
hijos son mantenidos hasta edades más avanzadas.
Pero también aparece el ejemplo de familias que se sostienen en los más
débiles (abuelos) y no solo económicamente sino también emocionalmente, porque
son el único recurso con el que cuentan. Por tanto, tal cual se plantea nuestra
sociedad y nuestros tipos y modos de familia, la compañía y soporte de
cualquiera de nosotros, dependerá de la voluntad de nuestros familiares, en el
caso de tenerlos. Por otro lado si nos planteamos lo mismo mirando del lado de
la sociedad, parece que es algo que solo podemos dejar en manos de nuestra
imaginación el poder configurar una organización social efectiva que pueda
tratar de resolver estos problemas, pues a día de hoy los modelos que se
tenemos no pueden garantizar el buen funcionamiento futuro. Por ejemplo:
Sistema de Pensiones o la Seguridad Social, o al menos eso es lo que están de
acuerdo los expertos.
El sociólogo Gerardo Meil
Landwerlin sostiene en el informe “Padres e hijos en la España actual”,
realizado en 2006 para la Fundación La Caixa, que se está produciendo un cambio
en el modelo de convivencia hacia una “familia negociadora”. Los padres
negociadores, afirma el estudio, “han sustituido la norma del ‘respeto’, que
regulaba las respuestas de los hijos, entendida sobre todo como obediencia y
‘temor’ a la reacción de los padres, por la ‘amistad de los hijos’, en la que
se busca, sobre todo, tener una buena comunicación, fomentar las
potencialidades y capacidades de los hijos y comprender sus necesidades y sus
puntos de vista”. Algunos autores consideran que este cambio trae aspectos
positivos, pero otros afirman que la familia negociadora cría hijos
consentidos, con normas de convivencia contradictorias y valores light. En este
sentido, Miguel Ortega de la Fuente señala que “la jerarquía es necesaria para
el bien, aunque se trata de ganarse la autoridad y no de imponerla”.
Oliveros F. Otero explica en su
libro La creatividad en la orientación familiar (EUNSA) que para lograr la
unidad familiar es clave una manifestación del amor de los padres que consiste
en el buen ejercicio de la autoridad paterno-materna. Para ejercer bien esa
autoridad, los padres han de convertirse en líderes de su familia. Los padres
líderes han jerarquizado la familia como su primera preocupación y saben estar
disponibles para ella, tienen convicciones profundas y las saben transmitir,
saben también ser decididos pero sin arrogancia, confían en cada hijo, soportan
el peso de los errores, reconocen el éxito de los demás, son coherentes y
creíbles, mantienen sus promesas y trabajan sin descanso para alcanzar los
objetivos que han trazado para su familia.
Bajo mi punto, cada familia vive la
realidad de su día a día integrada en el momento social y circunstancias que le
toca. Es difícil que se puedan dar soluciones desde generalizaciones (modelos)
a unos problemas que son individuales de cada familia y de cada miembro. Por
eso entiendo que a partir del trabajo del tándem escuela-familia- individuo, se
nos facilitará vencer los obstáculos que cada generación encuentra, o al menos
que cada familia pueda encontrar, es decir recibiendo las herramientas para
combatir problemas, más que las propias soluciones.
A través de la comunicación y
cooperación entre estos tres elementos fomentaremos la adecuada inserción del
individuo en una sociedad que cambia y que tiene multitud de problemas., que
posiblemente son diferentes a los que tuvieron nuestros padres. La familia ha
de comunicarle a los colegios de manera fluida y recíproca, lo que sucede en su
día a día, ellos son el reflejo de la sociedad. Los colegios, con sus
enseñantes a la cabeza desarrollarán herramientas y metodologías para educar a
la sociedad basándose y adaptándose a las necesidades del momento. Y desde ahí
trabajarán en conjunto para crear las
modificaciones y adaptaciones para dar respuesta a lo que los individuos, las
familias y la sociedad demanden. Así generación tras generación podríamos
asumir y adaptarnos a los cambios de la sociedad debidos a las circunstancias
de cada momento.
REFERENCIAS:
Gerardo Zavala, R. (s.d.).Comportamiento de las diferentes generaciones. Recuperado el 18/04/2015 de: http://cvonline.uaeh.edu.mx/Cursos/Especialidad/com_ntics_ins_org/unidad4/Lectura1_ComportamientoDiferentesGen.pdf
1.2. Tipos de
familia. Establecer tipologías à definir un criterio de
clasificación
Es muy complejo dar una definición exacta sobre la familia. Hay enormes variedades que encontramos y un amplio espectro de culturas existentes en el mundo. Se ha demostrado históricamente el valor de la familia para el desarrollo de la persona. Dependemos de la familia para nuestra supervivencia y crecimiento. Nuevos tipos de familia que se han configurado en las últimas décadas que se enfrentan a desafíos permanentes en su estructura interna.
Existen varias formas y variantes de organización familiar y de parentesco, en función a criterios de consanguinidad o afinidad, aquí presentamos los siguientes tipos de familias:
a. Familia nuclear o elemental: es la unidad familiar básica. La componen el esposo (padre), esposa (madre) e hijos. Estos últimos pueden ser la descendencia biológica de la pareja o miembros adoptados por la familia.
b. Familia extensa o consanguínea: se compone de más de una unidad nuclear, se extiende más allá de dos generaciones. Se basa en los vínculos de sangre de una gran cantidad de personas, incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos, etc.
c. Familia monoparental: es aquella formada por uno de los padres y sus hijos. Esta circunstancia se puede dar por varias razones. O bien porque los padres se han divorciado y los hijos se quedan viviendo con uno de los padres; por un embarazo precoz donde se configura otro tipo de familia dentro de la mencionada, la familia de madre soltera; por último da origen a una familia monoparental el fallecimiento de uno de los cónyuges.
d. Familia de madre soltera: Familia en la que la madre desde un inicio asume sola la crianza de sus hijos/as. Generalmente, es la mujer quien la mayoría de las veces asume este rol, pues el hombre se distancia y no reconoce su paternidad por diversos motivos. En este tipo de familia se debe tener presente que hay distinciones pues no es lo mismo ser madre soltera adolescente, joven o adulta.
e. Familia de padres separados: Familia en la que los padres se encuentran separados. Estos deciden no vivir juntos; no son pareja pero deben seguir cumpliendo su rol de padres ante los hijos por muy distantes que estos se encuentren. Por el bien de los hijos/as se niegan a la relación de pareja pero no a la paternidad y maternidad.
f. Familia singularizada: integrada por una pareja heterosexual que ha tomado la decisión de no tener hijos.
g. Familia simultánea: conformada por parejas que han tenido uniones anteriores que han concluido en ruptura. A esta familia uno de los cónyugues aporta hijos de uniones anteriores.
h. Familia compuesta: conformada por parejas que han tenido uniones anteriores rotas y aportan hijos a la nueva unión. Las uniones son de tipo mixto. Además de los cónyugues aportan hijos de sus relaciones anteriores, tienen hijos en común.
i. Uniones domésticas: cuando en una vivienda se agrupan personas generalmente sin vínculo de consanguinidad pero comparten alguna afinidad y se distribuyen los gastos y roles.
j. Familias adoptantes: es un tipo de familia donde no existe una paternidad biológica y el hijo/a puede incorporarse a la familia a diferentes edades y procedentes de otros países y etnias, diferentes a la de los padres.
k. Familias interculturales: aquellas que han sido conformadas por miembros de diferentes culturas y/o países.
Con estos ejemplos, está claro que no hay un modelo único, en cada ejemplo además se pueden configurar infinitos matices, tales como permanecer periodos de tiempo sin tener presente a uno de sus miembros, o cambios de domicilio, que muera uno de sus miembros que no sean los cónyugues, con miembros conflictivos, o enfermos, etc. Por tanto existen muchas tipologías familiares que conviven en un mismo territorio y dentro de una misma escuela: así la norma es la diversidad.
Como ya hemos visto hay diversos tipos de familia y por ello son múltiples las formas en que cada uno de sus miembros se relacionan y viven cotidianamente. Para entender un poco mejor los modos de ser familia a continuación veremos algunas de sus características más importantes.
a. Familia rígida: Dificultad en asumir los cambios de los hijos/as. Los padres brindan un trato a los niños como adultos. No admiten el crecimiento de sus hijos. Los hijos son sometidos por la rigidez de sus padres siendo permanentemente autoritarios.
b. Familia sobreprotectora: Preocupación por sobreproteger a los hijos/as. Los padres no permiten el desarrollo y autonomía de los hijos/as. Los hijos/as no saben ganarse la vida, ni defenderse, tienen excusas para todo, se convierten en "infantiloides". Los padres retardan la madurez de sus hijos/as y al mismo tiempo, hacen que estos dependen extremadamente de sus decisiones.
c. Familia centrada en los hijos: Hay ocasiones en que los padres no saben enfrentar sus propios conflictos y centran su atención en los hijos; así, en vez de tratar temas de la pareja, traen siempre a la conversación temas acerca de los hijos, como si entre ellos fuera el único tema de conversación. Este tipo de padres, busca la compañía de los hijos/as y depende de estos para su satisfacción. En pocas palabras "viven para y por sus hijos".
d. Familia permisiva: En este tipo de familia, los padres son Incapaces de disciplinar a los hijos/as, y con la excusa de no ser autoritarios y de querer razonarlo todo, les permiten a los hijos hacer todo lo que quieran. En este tipo de hogares, los padres no funcionan como padres ni los hijos como hijos y con frecuencia observamos que los hijos mandan más que los padres. En caso extremo los padres no controlan a sus hijos por temor a que éstos se enojen.
e. Familia inestable: La familia no alcanza a ser unida, los padres están confusos acerca del mundo que quieren mostrar a sus hijos por falta de metas comunes, les es difícil mantenerse unidos resultando que, por su inestabilidad, los hijos crecen inseguros, desconfiados y temerosos, con gran dificultad para dar y recibir afecto, se vuelven adultos pasivos-dependientes, incapaces de expresar sus necesidades y por lo tanto frustrados y llenos de culpa y rencor por las hostilidades que no expresan y que interiorizan.
f. Familia estable: La familia se muestra unida, los padres tienen claridad en su rol sabiendo el mundo que quieren dar y mostrar a sus hijos/as, lleno de metas y sueños. Les resulta fácil mantenerse unidos por lo tanto, los hijos/as crecen estables, seguros, confiados, les resulta fácil dar y recibir afecto y cuando adultos son activos y autónomos, capaces de expresar sus necesidades, por lo tanto, se sienten felices y con altos grados de madurez e independencia.
REFERENCIAS:
Saavedra, J.G. (n.d.). Familia: tipos y modos. Recuperado de: http://www.monografias.com/trabajos26/tipos-familia/tipos-familia.shtml#ixzz3Xr7rCnlT
2. Cambios en la escuela
2.1. Nuevas
funciones de la escuela (ver legislación) L@s maestr@s de generaciones
anteriores no han cambiado su práctica profesional al ritmo exigido por los
nuevos tiempos. Los centros, habitados por maestr@s, cambian despacio.
El sistema educativo español ha modificado sus leyes educativas desde las últimas décadas hasta la actualidad. La LOMCE (2013) Ley Orgánica 8/2013 de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, se presenta como una reforma a la LOE (2006). Pero no es innovadora, remite constantemente a leyes anteriores que se mantienen en vigor, la LODE (1985) y la LOE (2006), aunque con modificaciones.
También en el
marco normativo se ha dado una descentralización
educativa.
En la siguiente tabla podemos ver como se ha pasado de
una enseñanza tradicional (EGB) donde lo que primaba era la memorización,
pasando por la LOGSE que comenzó a trabajar con las capacidades de los alumnos,
hasta llegar al modelo actual (LOE, LOMCE) con la aparición del modelo
constructivista en el que el elemento fundamental son las competencias, las
cuales “identificarán aquello que necesita cualquier persona para dar respuesta
a los problemas a los que se enfrentará a lo largo de su vida” (Zabala, 2008).
La base de este modelo se sitúa en un espacio
educativo común europeo.
Aquí el alumno es el protagonista y el profesor es
mediador. El currículo es abierto y adaptable a diversos contextos. Esto
incluye el contexto social del momento, así como más particularmente el
contexto familiar del alumno y de sus propias necesidades.
Por tanto los maestros y los profesores se han tenido
que ir adaptando a todos estos cambios legislativos y a los de la propia
sociedad. Pero también ha tenido que enfrentarse a las propias circunstancias
de sus alumnos, sin en muchas ocasiones contar con las herramientas ni los
medios necesarios y ha sabido educarlos para que puedan resolver los problemas
o desempeñar una tarea relevante para su vida personal, social, académica o
profesional.
Estas circunstancias desfavorables han generado falta
de motivación en el profesorado, por carecer de recursos necesarios para
adaptarse a las nuevas circunstancias legislativas, así como sociales,
diversidad étnica, escolarizaciones tardías, heterogeneidad de niveles
cognitivos y actitudinales, despreocupación de los padres etc. A esto hay que
añadir que han llegado con recortes en sus salarios, el aumento de los ratios
en el número de alumnos por aula, y la pérdida de horas lectivas de
determinadas asignaturas, así como el tener que asumir la entrada de las
enseñanzas bilingües en el curriculum. En ocasiones la percepción es que su
puesto de trabajo es el de tener impuestos más papeles de los que su profesión
deberían de implicar, tales como padre, psicólogo, mediador de conflictos, mago,
administrativo, etc, con la consecuencia de que el profesorado se ha quemado
(síndrome de Burnout), y sólo los años en la labor técnica y su vocación como
profesor le han hecho mantenerse en su puesto con la esperanza de que esto no
afecte a los estudiantes y a nosotros como sociedad.
La diversidad familiar en la escuela, afortunadamente
se ha tenido en cuenta por parte del profesorado mayoritariamente, poniendo de
sí más de lo que se les está exigiendo, así han trabajado en la elaboración de
recursos para trabajar en la escuela la diversidad familiar, siempre desde el
conocimiento, la normalización y la legitimación de las diferentes estructuras
familiares. Algunos ejemplos de recursos en función de la familia representada
y los contenidos que se pueden trabajar, en función del nivel educativo los
podemos encontrar en Lopez & Díez (2009) Diversidad familiar en la escuela: guía
de recursos didácticos”. Cultura y Educación. Volumen 21 (4).
Pero la realidad es que también hay educadores que no
han sabido adaptarse a los cambios y continúan con métodos como la memorización
de contenidos y las clases magistrales continuamente, que no favorecen la
apuesta por la cooperación entre iguales, y por extensión la cooperación entre
la escuela y la familia.
Por ello el profesorado debe recuperar esta
motivación, al igual que las familias y la propia sociedad. Así deberían
alumnos, familias, educadores y sociedad trabajar en la misma dirección para
que sobre ninguno de sus miembros recaiga más responsabilidad de la que
debiese. Y como dice el dicho “Cada palo que aguante su vela”. Se debe
recuperar la participación colectiva de padres y escuela, y esto no pasa sólo
porque los padres y la escuela tengan este deseo, sino porque la sociedad le
facilite el modo de poder cumplirlo promoviendo la conciliación familiar con la
laboral. Así podrán asistir a reuniones de padres, tutorías, escuelas de
padres, implicarles en el proyecto educativo del centro, etc, y en definitiva
participar en la misión de educar a sus hijos como los hombres de la sociedad
que queremos para el futuro.
REFERENCIAS:
López, F. y Díaz, M. (2004). Diversidad familiar en la escuela: guía de recursos didácticos. Recuperado el 20/04/2015 de http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1174/113564009790002346#.VTUELE0cSzk
2.2.Varias
lógicas en la escuela (como en los hospitales) desde el punto de vista de l@s
maestr@s: lógica profesional (lo más importante es la calidad de la educación)
y lógica laboral (lo más importante son las condiciones de trabajo)
Hoy en día nos encontramos en una situación educativa que busca orientar y homogeneizar las prácticas, las políticas y la investigación educativa a través de la descentralización, la autonomía escolar y, sobre todo, la calidad de la educación.
No
obstante, la educación social y
la formación para el trabajo existen
desde los comienzos de la humanidad. Son las diferencias en el tipo de
lógica en la escuela las cuales no conforman con la homogeneización de la
educación y, en mi opinión ambos tipos de lógica deben ir de la mano.
2.3. Extensión
de la escolaridad obligatoria ¿baja el nivel?
Este es un debate que ya lleva varios años tratándose.
Por educación obligatoria (Rebollo Espinosa, n.d.) se entiende como la etapa que establece un Estado para la enseñanza
institucionalizada de sus generaciones más jóvenes. Algunos la ven como una
imposición disciplinante; otros la aprecian como capital humano, necesario para
generar la economía de un país; otros la valoran como la fuente contra la
ignorancia y la irracionalidad.
El hacer extensivo a un mayor de número de individuos
la educación, basándonos en parámetros como son la igualdad de oportunidades,
el cambio social, la motivación para seguir aprendiendo e integrarse en un
mundo cambiente, no debería conseguirse a costa de bajar los niveles de la
calidad de la educación. Pues hay otros medios de educar.
Creo que esta respuesta la aclara el autor Fernando
Delgado “…si disminuyen los tiempos cada vez más
acusadamente, si los espacios no son los adecuados, si los medios se reducen,
si la organización es deficiente en el tiempo obligatorio y si las funciones no
se clarifican, la educación obligatoria quedará reducida a un compromiso de
mínimos para el Estado y para las familias”
REFERENCIAS:
Delgado Ruiz, F. (n.d.) "La escuela pública como agente igualador, o no, en el nuevo escenario social”, en: Los retos de la enseñanza pública, op.cit., p.175.
Delgado Ruiz, F. (n.d.) "La escuela pública como agente igualador, o no, en el nuevo escenario social”, en: Los retos de la enseñanza pública, op.cit., p.175.
Rebollo Espinosa, M.J. (n.d.). Reflexiones en torno a la obligatoriedad de la enseñanza.
3. Relaciones familia y escuela
3.1. Lógicas
distintas, intereses distintos ¿Qué quieren las familias de la escuela? ¿Qué
quieren l@s maestr@s (la lógica profesional)?
Las expectativas de las familias
respecto a la función de la escuela son muy heterogéneas y también se han ido
transformando. Para algunas, su misión principal continua siendo la de siempre:
instruir, formar intelectualmente, preparar para el mundo laboral; otras
piensan que además de eso ha de proporcionar una educación más global, educar
en valores, enseñar a vivir y a convivir; otras están interesadas esencialmente
en las funciones de custodia; mientras que algunos padres y madres consideran
que la educación no es más que un servicio que se puede comprar como cualquier
otro bien de consumo. En fin que la variedad de intereses es equiparable a la
de tipos de familias.
TRIBUNA ABIERTA. OPINION. MARTÍ COSTA Y RAFAEL
TORRUBIA BELTRI. UAB Pag 47
Los maestros quieren una escuela participativa. La
escuela debe convertirse en punto de referencia dentro del territorio de las
familias en cuanto a temas educativos.
Los cambios en la estructura
familiar provocan que la escuela reciba nuevas competencias educativas que antes
asumía el entorno familiar.
Los cambios legislativos de las
últimas décadas buscando una escuela más participativa, no han traído
modificaciones en las actitudes de los sectores implicados. Las AMPAs han sido
el cauce de participación de los padres y, muchas veces, han suplido las
carencias de la administración. Se constata que cuando hay sintonía en los
planteamientos entre los equipos directivos y las asociaciones de padres y
madres, la participación es positiva. Se plantea el concepto de escuela
participativa en la que la opinión y la participación implican asumir
responsabilidades.
3.2. Tipos de
entender la escuela atendiendo al grado de implicación/compromiso de las
familias y de l@s maestr@s: escuela de familias-clientes, escuela comunitaria,
escuela de guardia y custodia y escuela de familias-gestoras.
El proceso educativo (Domínguez Martínez, 2010) es una tarea común, es una cosa de dos de la escuela y de la familia. Ambas han
de compartir inquietudes, intercambiar informaciones y pensamientos sobre la
educación, la escuela y los hijos. Así se podrán establecer pactos y acuerdos e
intentar traspasar los conocimientos escolares a la vida diaria.
El punto de encuentro entre familia y profesores no ha
de considerarse el propio centro sino sus hijos. Hay que darle la importancia
necesaria a la familia para que sea el referente de participación de la
educación escolar.
El rol de los padres es darles a sus hijos una buena
educación, inculcándole el respeto por los demás, las normas y facilitando su
entrada a la escuela. Además ellos han de dedicarle también tiempo a esta tarea
ayudando a sus hijos a cumplir sus horarios, a dotarles de material escolar, a
participar del proceso de socialización, atender a su aseo y vestimenta.
Por otro lado los hijos demandan de los padres cariño,
apoyo y motivación, que se comprometan con los problemas de la escuela, así
como de asistir a las reuniones, excursiones, etc. Los maestros también deben
entender la carga emocional que para muchos padres conlleva la participación en
la escuela.
Es necesaria la interacción entre padres y maestros
pues los padres son los responsables legales de la educación de los hijos, por
tanto son clientes legales de los centros educativos.
Los profesores han de velar porque los padres cumplan
con sus responsabilidades y obligaciones y favorecer la participación de estos
en la escuela.
Como los padres son responsables de los hijos han de
formar parte de la toma de decisiones que se dan en la escuela, tales como su
funcionamiento y organización a través de sus representantes elegidos.
Cuando se da esta interacción colegio-familia, los
profesores conocen mejor a su alumno y recíprocamente la familia informa a los
profes de cómo es su alumno en casa.
REFERENCIAS:
Dominguez Martínez, S. (2010). La Educación, cosa de dos: La escuela y la familia. Temas para la Educación. Revista digital para profesionales de la Enseñanza.
3.3. ¿Horarios
incompatibles?
Según el informe de la Fundación Pfizer (2014), el
tiempo que los progenitores de una familia tiene después de acabar su jornada
laboral, lo distribuyen en las siguientes actividades que suele ser de unas 40
horas laborales:
Según estas
gráficas parece ser que el principal problema declarado para la conciliación
familiar y por tanto para implicarse en el tándem familia-escuela es la
incompatibilidad horaria o la poca flexibilidad del horario laboral, seguida
por la falta de horas para estar con la familia.
Por tanto una
cosa es lo que la sociedad desea y otra es lo que propicia. Si no hay una
reforma en las condiciones laborales, favoreciendo la flexibilidad de horarios
y se baje el número de horas de la jornada laboral es muy probable que se
puedan fomentar las relaciones entre la escuela y la familia, así como las
relaciones dentro de la propia familia.
REFERENCIAS:
Fundación Pfizer. (2014). Estudio sobre Conciliación y Familia. Extraído el día 20/04/2015 de: https://www.fundacionpfizer.org/sites/default/files/pdf/informe_final_estudio_foro_debate_social_2014.pdf